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martes, 12 de julio de 2016

Cada vez cuesta más soñar...


            Cuando se cruza en tu camino una oportunidad, que va siempre de la mano de alguien bueno, te invade una rara sensación de incredulidad momentánea, y si lo consigues, lo inmediato es creer que sí, que es una gran oportunidad y que es real.

Esa incredulidad puede pasar a desafección, a la sospecha malsana de que será imposible... cuando ya ha habido otras grandes oportunidades que apenas fueron un sueño.

Parece que una está fuera del lugar y del tiempo apropiado...para soñar.
Parece que este lugar está deshumanizado, pervertido en su perversión, y que ya nada ni nadie es natural, espontáneo, bienaventurado, confiado.

Cuando persigues algo te tildan de ambicioso, sospechan casi de forma automática de quien es vehemente en una exposición de ideas, convencido de que es un comienzo de algo grande y además realizable. Que suma para muchos y que necesita de muchos.



            Cuando compruebas que tienen que encajar múltiples piezas, pervertidas y sin raciocinio posible, donde no se tiene ninguna influencia y que siguen reglas no escritas de perversión malintencionada y oscura, deshumanizada e interesada, de un engranaje ya incomprensible, tienes una enorme "tentación de dejarlo".

Una lucha con tirachinas frente a un gigante de acero (no de carne), con armas de destrucción absurdas pero letales, permanentes. Nadar contra la corriente.

Demasiados ignorantes convencidos y cada vez menos inteligentes con dudas, capaces de reflexionar y corregir para crecer. 

El gigante de acero sigue ahí. Sigue anclado a nuestro suelo, firme e ignorante, letal ante las oportunidades, destruyendo sueños, y aburriendo en el intento al más pintado. Agotador.

Cada vez me cuesta más soñar... cada vez son más cortos los sueños, cada vez me cuesta más...

Ea, a seguir...


sábado, 30 de abril de 2016

177 millones...

177 millones de euros... Un dislate. Nos toca otra vez elegir (se llaman elecciones) de entre las opciones que nos ofrece nuestro sistema democrático.  Democrático... porque podemos elegir.

Y resulta que después la ley electoral permite que los partidos ejerzan el arte del trilero. Alianzas estratégicas y pactos, de varios tipos. Vamos, que entras a comprar pan y traes una cesta con inutilidades y caprichos a casa.

Maravilloso votar, debemos elegir, pero sean ustedes conscientes de que no eligen: han montado un mecanismo legal en el que los votos son mercancía para negociar, presionar, y todo ello enarbolando la bandera de que "es lo que los españoles han decidido".

Yo ya me he hartado de campaña (llevamos desde el 21 de Diciembre), de reflexionar, de oír sandeces,  de desplantes, insultos, de que me tomen por imbécil, de tantas cosas. Desde el burladero del tremendo hartazgo sólo veo polvo y ceniza, mediocres por todas partes, medios de comunicación que apenas tienen verdaderos periodistas, que entran "al trapo" ya como costumbre.

Tenemos tanto trabajo, tanto que decir... Sigamos atentos. Vamos a usar nuestra inteligencia y nuestra responsabilidad. Tengamos confianza en nosotros, los ciudadanos que cada día hacemos de granito de arena casi imprescindible. No somos sólo votos, útiles o inútiles.

Y señores: sean serios en los análisis.  Si la abstención fue del 47% es noticiable y dice mucho mucho de lo que ocurre. No quiero que la gente se quede en casa, pero si no votan las personas que podrían,  habría que tenerlo en cuenta. Triste un país que ignora a ese volumen de personas... para quienes después también se gobierna. Se gobierna para todos, recuerden...

Volvamos a trabajar, hagamos rentables los 177 millones... ¿no?.